miércoles, 27 de agosto de 2014

Steven Munar recrea viajes emocionales con un espléndido disco acompañado por la Miracle Band

Portada. Foto: Xavier Mulet
Cuando escucho las canciones de Steven Munar me envuelve la sensación de ser partícipe, como oyente curioso pero también como protagonista imaginario, de sus pequeños grandes momentos personales que resultan tan convincentes gracias a una música original altamente creativa.  Tiene Steven esa elegancia persuasiva del perfecto como sutil narrador de historias que logra cautivar nuestros sentidos para llevarnos a un encomiable nivel comunicativo en el que es muy fácil sentirse identificado. Esa relación interpersonal se genera gracias a la imaginación desbordante del autor quien canta, para oyentes con buen criterio, versos sensibles musicalizados con melodías y ritmos fascinantes. Steven interpreta su obra con una variedad memorable de estilos y recursos,  acompañado por una banda de lujo que convierte, de forma ciertamente milagrosa, arreglos sofisticados en aparentes juegos instrumentales cuya facilidad es solo un espejismo producto de la empatía expresiva que genera su música siempre generosa y pasional.   

Foto: José Luis Luna
“Time Traveller” ( Miracle Records 2013) es el título del cuarto álbum de este gran artista anglo-mallorquín quien, tras la gran banda de pop The Tea Servants, decidió emprender un proyecto en solitario. Le acompaña, de nuevo, The Miracle Band con la que ha grabado las trece canciones que componen este trabajo discográfico editado gracias al micromecenazgo en formato digipack. Se trata de un álbum magnífico del que se nos antoja ya casi innecesario catalogar como heterogéneo porque esa es precisamente una de las principales características, no adquiridas sino casi genéticas, de su autor. Steven no crea temas de bossa nova, con toques de pop, arpegios de folk, ritmos de country, y arreglos de jazz. Steven crea canciones, sus propias canciones, con un estilo tan único que los géneros solo existen a modo de sólidos cimientos sobre los que construye una obra perfectamente identificable y diferenciable de otras maniobras acústicas tan difusas como comerciales.      

Trayectoria

Con los Tea Servants en 2013
Ciudadano británico afincado en Mallorca desde hace más de dos décadas, Steven Munar empezó a finales de los años ochenta con una banda un tanto psicodélica llamada The Walk junto al guitarrista Miguel Pérez. Después formaría el conocido combo de pop The Tea Servants. Tras grabar varias maquetas, Steven y Miguel se trasladan a Barcelona donde editan su primer disco homónimo para el sello zaragozano Grabaciones en el Mar. Con esta discográfica publicarían otros dos discos, “Police Looking After Thieves” y “Greatest Hits”. Más tarde fichan con Houston Party Records donde publican “Higher” y “Travel West”. Participan en numerosos festivales de ámbito estatal hasta mediados de la pasada década que el grupo se separa en 2003. Volverían a  reunirse para algunos conciertos, tras la reedición de su segundo álbum, en 2013. 

Foto: Ray Molinari
Steven inicia su carrera en solitario en 2005 acompañado por bandas llamadas The Coffee Masters, The Lunatics y posteriormente The Miracle Band. Con The Lunatics graba su primer disco en solitario titulado “Miracle Beach” (2007) en los estudios El Zigurat por Francisco Albéniz, de La Búsqueda y editado por su propio sello, Miracle Records. En ese álbum empieza a prevalecer una elevada dosis de folk que se expande a sus anchas en su precioso y segundo trabajo titulado “The Language Of The Birds” editado en 2010 por la Produktiva Records con la que seguiría trabajando en las siguientes entregas de su discografía. Un álbum sin desperdicio alguno donde destacan bonitas melodías en temas como ‘Travelling’, ‘God has helped (Hallelujah)’, así como con esos detalles de pedal steel y country americano que aparecen en otras canciones como ‘The sun’, o de flauta  en ‘Keeping the sadness away’ o incluso de ukelele y kazzo en un divertido final con ‘Uke song’. Su tercer álbum, “Break The Rules” fue grabado en directo en el Red Bell Studio de Barcelona por Marc Tena, entre los meses de enero y mayo del año 2011. Contiene grandes canciones como “Ancient Lies”, que lo abre, la jazzy “Morning Breeze”, “Golden Lights” con su sabor latino, o la americana “All Kings of Earth”, entre otras genialidades propias de una mente despierta por momentos intimista y en otros, altamente comunicativa. Puedes leer más detalles y una extensa reseña en nuestro blog entrando aquí.

Foto: Xavier Mulet

“Time Traveller” fue grabado y masterizado también con Marc Tena, entre febrero y julio de 2013, en los Red Bell Studios. Marc toca el Hammond, guitarras y percusión en algunos temas, y también colaboró en la producción con el propio Steven, autor de todos los temas y arreglos con la ayuda de la Miracle Band. Steven canta, toca las guitarras acústica y eléctrica, percusión, y el bajo en algunos temas. Juliane Heineman la acompaña a las voces y toca la guitarra más el piano. David López se encarga del bajo; y Jordi Farreras de la percusión.

Con Juliane Heinemann
Colaboraron también de forma puntual a las guitarras y pedal steel Miguel Pérez, así como Roman Gil. Mel Semé aportó voces y percusión en alguno de los cortes; Sergio Fuster, guitarra clásica; Juanjo Onofre al bajo; Sergi Carós a las voces; Cro2, efectos; Jaume Güell al cello; Marta Malgorzata a la harpa; Miguel Angel Aldunce al sarangui; Didac Ruiz, percusión; Dan Posen, trompeta; y Borja Peirón, violín.     

Del artwork se hizo cargo Marc Argenter (Flashback Five, Morts) quien transmitió a la perfección esa elegancia que aúna los factores temporales y cuentísticos a los que nos referíamos al inicio de esta reseña con detalles alusivos y una foto del autor realizada por Xavier Mulet. También se incluyen otras instantáneas de la banda tomadas por los fotógrafos Veru Iché, Trevor Standard, Alex Martínez, Xavi Torrent, o Jordi Montserrat.       

Las canciones

The Miracle Band. Foto: José Luis Luna
El disco empieza con la sensible "Beneath the waves", tema de connotaciones pop, en el que las sensuales guitarras eléctricas y el perfecto ritmo de la batería tejen un colchón armónico para que Steven se luzca cantando una melodía embriagadora hasta encontrarse con la no menos genial voz de Juliane Heinemann. Juntos  perfilan momentos vocales estelares para engrandecer un tema muy apasionante que da paso a "The Lines in the sky". Se trata de otra belleza sonora, en este caso con mensaje ecologista, en la que destaca ese ritmo marcado, con fantásticos detalles de guitarra entre punteados perfectos con los que la canción va creciendo, a dos voces, hasta una culminante parte central en el que su expande toda su fuerza emotiva. Al final se introducen unos breves pero intensos momentos de órgano, instrumento que en "Moving Faster", siguiente corte de raíces sixties, tendrá también su correspondiente protagonismo. En este tema, el ritmo que no la intensidad, se relaja,  mientras las guitarras perfilan movimientos de fantasía, con un buen solo de acústica. Un tema que se construye con varios espacios melódicos, todos ellos muy imaginativos y arrebatadores.    

Foto: Xavier Mercadé
"City of cats" es el título del siguiente tema y destaca por un discurrir rítmico de gran precisión entre coros que resultan muy enriquecedores, en especial la segunda voz de Julianne. Se añaden más guitarras envolventes que elevan el estado de ánimo de cualquiera procurando un tema ciertamente exquisito. A continuación nos ofrece "Shiny Days", canción deliciosa, con sus arpegios de acústica, en la que Steven más Julianne generan un ambiente de felicidad compartida entre una instrumentación sin parangón que ayuda a crear momentos positivos, luminosos y vitales. Le sigue "No more begging for love", tema más intimista y reservado, con las relaciones espirituales como principal leitmotiv. De este modo llegamos al meridiano del disco y para ello nada mejor que un caluroso ritmo latino bajo el título de "Time traveller", tema en el que Steven y su banda emergen esplendorosos construyendo para todos nosotros una canción bailable y emotiva con una parte final de coros y piano que pone los pelos de punta. 

 "Where is the love" arranca con la preciosa voz de Julianne acompañada por la guitarra en un tema que resulta intimista y que versa sobre la pérdida amorosa. Desemboca en un movimiento de vals en el que se incorpora la voz de Steven. Los dos se complementan de forma encantadora creando un extraordinario dúo de voces al que se añaden unos pasajes solemnes de cuerda y ritmos penetrantes. "Vampires (It is at nights Part II), siguiente corte, es un tema esplendoroso donde se hablan de las tentaciones frente a las dificultades de la vida. Una canción en la que se generan consistentes tensiones con arreglos potentes a base de piano, voces al límite, susurros y gemidos que se convierten en gritos, acompañamiento perfecto de cuerda y crescendos apoteósicos.  

Foto: Can Monroig
Con el efecto de la lluvia, llega la acústica y misteriosa "It clould have been a fire" , un tema curioso, sencillo y fascinante a la vez, en el que la guitarra conversa con el piano creando una complicidad instrumental fabulosa mientras Steven canta con su peculiar estilo hasta que se incorpora la percusión que acaba por perfila un tema con mucho encanto.  Para "I'm not enemy", Steven mezcla la melodía pop con los ritmos latinos y logra una conjunción impresionante en el que los arreglos siguen mostrándose como una de las principales bazas de la banda. Coros, detalles únicos de guitarras, teclados y ritmos milimetrados consiguen dar vida a un tema cuya energía se amplifica con la participación final de una fantástica trompeta soleando entre ritmos cariñosos de bossa nova. La calidez de esta canción resulta perfectamente complementada por “What the oracle said", tema dedicado a su hija. Otra canción genial en la que se perfilan momentos vocales e instrumentales extraordinarios a base de guitarra folk, percusión latina y trompeta jazzy. Para finalizar, otra perla del repertorio de Steven, con el título de "Orient in Majorca", en el que juegan con sensacional solvencia la guitarra, el violín y el Sarandi creando todo un paraíso instrumental de acid folk.

Reflexión final

Foto: Xavier Mulet
Steven Munar es un músico extraordinario que ha logrado perfilar su propio microuniverso artístico gracias a una gran imaginación y una extrema sensibilidad que expresa con destreza y poder de convicción. Son éstas unas cuantas de las principales características que distinguen su proyecto personal en el que, durante estos años, no han faltado elevadas dosis de perseverancia, trabajo e ilusión como principales bazas contra la vulgaridad y la indiferencia de una sociedad que, de forma genérica, se mantiene anquilosada en unos gustos musicales pobres y repetitivos. Steven es único pero también es grande, al menos entre todos aquellos que apreciamos su obra, gracias a una banda que demuestra, en la interpretación y los arreglos, estar formada por extraordinarios profesionales dotados con excelente criterio y virtudes tanto instrumentales como vocales. Gracias a todos ellos son posibles discos tan redondos como este “Time Traveller”, cuya atenta audición conseguirá que conectes con el mundo, en ocasiones misterioso en otras luminoso pero siempre fascinante, de un Steven viajando por los sentimientos en estado de gracia compositivo arropado por una banda ciertamente milagrosa.

Nota: puedes conseguir y escuchar el disco en su Bandcamp

2 comentarios:

  1. "Time Traveller" és un altre gran disc d'un gran artista. La trajectòria d'Steven Munar és digna d'aplaudir. Grans cançons i un artistàs amb majúscules que, per si fos poc, sempre s'ha envoltat de grans músics. Molt bon article!

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    1. Gràcies Oriol, tots dos sou dels millors compositors del nostre país. Quan escrivia la ressenya d'un, tenia present a l'altre.

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